La familia Macaya emprendió operaciones de balleneros primero en la Isla Santa María y luego en la caleta Chome. El iniciador de este emprendimiento fue Juan Macaya Aravena, quien aprendió de Juan da Silva, un portugués llegado a la isla en 1890. Esta relación entre ellos se materializo con la creación de la sociedad de los dos Juanes, sellada además por el matrimonio entre Juan da silva e Isabel Macaya, durando escaso tiempo esta unión, apenas lo suficiente para que los Macayas descubrieran su vocación ballenera, aprendiendo las técnicas traídas por el portugués. Esa sociedad usaba chalupas balleneras y arpones manuales para la cacería y precarias instalaciones en la costa noroeste de la isla Santa María para su procesamiento.
En el año 1932 se constituye la Compañía Chilena de Pesca y Comercio Juan Macaya Aravena e Hijos, instalando una planta para el procesamiento de ballenas en Puerto Macaya, Isla Santa María, adquiriendo dos remolcadores a vapor que trasladaban las chalupas y las ballenas cazadas hacia la costa para su procesamiento en tierra. En 1944 adquieren el buque Juan I implicando así a la empresa de caza moderna del cetáceo; cambia luego su razón social planificando así el traslado de la planta al continente; adquieren el Fundo Los Lobos en Hualpen construyendo la planta, y adquiriendo cuatro barcos cazadores
La factoría ballenera entra en crisis a mediado del 60, lo que les obliga a buscar consorcios, no resultándoles por lo cual en 1983 la ballenera cierra definitivamente sus puertas.
Es muy complejo precisa quienes fueron los pioneros de este trabajo, pero no habrían sido los únicos que se dedicaron a la balleneria en esta isla, habiendo otras familias que también se habrían dedicado a la caza de la ballena, las cuales fueron silenciadas hasta el olvido producto de la imposición por unas u otras estrategias oficialistas del empresario Macaya.
Obs. Durante mi estadía en Coronel, Playa Sur caminando hacia Lota antes de llegar a Playa Negra existió un maderamen de un vestigio de muelle (1962) y que según los lugareños más antiguos de donde viví, manifestaron que existió ahí un embarcadero donde llegaban los barcos balleneros a dejar su carga. En los islotes del Fuerte Viejo en Lota Bajo había un Sr. de Apellido Covarrubia y que según algunas personas el comercializaba jabones confeccionado con el aceite de ballena y que ese lugar aún se le denomina la Ballenera, también hubo un embarcadero.